jueves, 3 de septiembre de 2015

Feromonas

A los 14 años escribí un texto sobre las auras que hablaba de los tipos básicos de auras y sus efectos. Este texto aún debería estar por algún lugar del mundo... no hace tantos años lo usaba de marcapáginas y no me gustaría que se perdiera para siempre; no sólo porque era bien hermoso, sino porque representa parte de una época de inmensa importancia en mi memoria.

Ahora voy a escribir, aunque sólo sea para mí, porque es una cosa que estoy investigando a mi modo y es positivo tener en alguna parte los resultados del proceso, por no hablar de que escibirlos ayuda a organizar de forma concreta los pensamientos, escribiré, decía, sobre la comunicación silente entre los seres. Existe, eso para empezar; porque si no existe, entonces hay demasiadas casualidades inexplicables y eso... no es que no pueda ser, es que sería el final de la explicación y no quedaría más remedio que tirar por otro camino para obtener una explicación alternativa, ya que la primera podría no ser la correcta (eso y que no soluciona nada xD). La historia de 999 habla de una sustancia que se resistía a cristalizarse a bajas temperaturas, pero que llegó un momento en que, sin ninguna explicación, parte de esa sustancia se cristalizó a los -200 grados; y, desde entonces, toda la sustancia ésa empezó a cristalizarse exactamente a -200 grados. Y dirás, "bah, es sólo una historia"; pero te estarías olvidando de un dato importantísimo: yo creo en las historias como si fueran la realidad.

Otra cosa que leí, esta vez en un lugar tan poco fiable como internet (efectivamente, creo más en los cuentos que en cualquier artículo supuestamente científico que salga en internet... cualquier cosa que salga en internet tiene altas posibilidades de ser pura basura o la cagarruta de mentes enfermas que conspiran contra la cordura humana), fue un artículo que hablaba sobre las propiedades atribuidas a las feromonas, entre las cuales estaba una tan curiosa como la de sincronizar el ciclo menstrual de las hembras – no sé si de una misma especie o también sirve entre especies – que comparten la misma vivienda. Está claro que las feromonas envían un mensaje y éste es recibido por otros organismos, los cuales a su vez envían feromonas con mensajes que también son recibidos... y, si esto es así, no sólo la ciencia humana está atrasadísima, sino que hay muchas cosas que tendrían explicación.

Piensa, por ejemplo, en el conocimiento intuitivo que tenemos de las personas. O no sólo de las personas; piensa en todo aquello que sabemos pero que no hemos aprendido porque nos lo hayan enseñado ni mediante un razonamiento lógico interno... Piensa, también, en cómo los animales no racionales conocen las cosas o en cómo un bebé aprende a hablar. Código genético, dirás tú; información que heredó al nacer y toda la pesca... ciertamente. Pero, ¿quién te dice que eso no sucede también después de nacer? Quizá no sean las feromonas, o no lo que hoy se entiende por feromonas; o quizá sí; no es ésa la cuestión más relevante, sino lo que sucede en el ambiente. Las plantas, por ejemplo, mandan información a través de esporas o polen que incluso sirve para fecundar otras plantas y reproducirse... ¿quién te dice que no ocurre, a otra escala, en los animales y, concretamente, en los seres humanos? Esto explicaría, por ejemplo, por qué puedes reconocer instintivamente a la persona dominante en un grupo o por qué, después de pasar un breve tiempo con alguien, empiezas a comportarte en parte como esa persona y esa persona también se comporta en parte como tú. La gente está conectada entre sí... por feromonas.

Y no me vengas con que todo eso es cosa de las microexpresiones, fotogramas que el cerebro capta pero el ojo no y toda esa leche. Puede que haya cosas que vayan por ahí, pero no sólo puede que haya otras que no, sino que estoy convencido de que las hay. ¿Por qué las pirámides egipcias están alineadas con las mayas o por qué mil cosas más que no se explican por la ciencia moderna? No sólo porque parte de la cienca moderna sea una puta intolerante, sino también y además (o sin que tenga nada que ver) porque hay muchas cosas que la ciencia moderna desconoce y aún no ha investigado lo suficiente. Ésta es una de ellas. Así que, ánimo.

Las ciencias suelen necesitar que un filósofo o un artista les den el punto de partida. El filósofo ya ha filosofado, ahora es el turno de los científicos.